Nuestra vida en un mundo de tecnologías

Una reciente noticia publicada en El Navegante (El Mundo) de nuevo nos incita a la reflexión sobre las tecnologías y su impacto en nuestras vidas, un impacto que en ciertos casos llega a ser calificado de adicción.

Por una parte es imprescindible reconocer que las tecnologías pueden mejorar nuestras vidas, en algunos casos de forma incuestionable. Por ejemplo, supongo que nadie pondrá en duda los importantísimos avances de la medicina gracias al uso de tecnologías. Dos interesantes vídeos nos muestran una visión futurista de la realidad cotidiana y no creo que ninguno de los lectores de este blog sea capaz de abstraerse a su magnetismo:

  • El futuro del aprendizaje colaborativo
  • A Day made of Glass 2

Pero por otro lado, es necesario reflexionar con cierta calma sobre nuestro comportamiento cotidiano y nuestra capacidad de abstraernos del mundo virtual para poder realmente participar en interacciones de calidad en nuestro entorno presencial. A nadie escapa lo molesto que resulta intentar hablar con alguien que está más pendiente de su smartphone que de nuestra conversación. Y supongo que precisamente esa situación habitual en su hogar fue lo que condujo a Susan Maushart a eliminar las tecnologías de la vida de sus hijos, pero lo que no cuenta la noticia es si también las eliminó de su propia vida. Ella fue escribiendo un diario… ¿lo escribiría sin un ordenador?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*


− 1 = seis