Power point y comunicación

Estamos hablando en clase del uso de presentaciones visuales en situaciones de comunicación oral y justamente me hace llegar una compañera un artículo a este respecto que se pregunta si nos hace estúpidos. Lo leéis y opináis.
Os dejo también el artículo original en el cual se cuenta la anécdota del General McChrystal cuando les dice a sus compañeros provocando su hilaridad: «When we understand that slide, we’ll have won the war». Os recomiendo que lo visitéis, incluye la imagen que el general no acababa de comprender.

2 comentarios en «Power point y comunicación»

  1. El autor recoge cifras sobre las personas que emplean Power Point y me asusta pensar que esos números impliquen personas tontas. Mi peli favorita es Forest Gum y recordando las palabras de la mamá de Forest «tonto es el que hace tonterías» no veo del todo claro que una PPT sea una tontería. Por lo general ayuda mucho. Lucía

  2. Antes de empezar, quisiera aclarar que me disgusta usar «powerpoint» como genérico de software de presentaciones, pues hay otros programas que sirven para lo mismo. Es como decir Coca cola cuando se quiere una bebida de cola, o tuperware cuando se hace referencia al recipiente para guardar comida.

    Dicho esto, tengo que decir que no estoy del todo de acuerdo con el artículo. Es cierto que los programas de presentaciones pueden conllevar ciertos vicios que dañen la calidad de una presentación. Pero no por ello hay que criticar a la herramienta: el blanco de las críticas debería ser los conferenciantes que hacen un mal uso de ella.

    Cierto que muchas veces en las presentaciones se busca más la estética y la forma que los contenidos en sí. Esto no es más que un reflejo de la sociedad, la importancia de la primera impresión (cuando se va a comprar, cuando se va a ligar, etc.). Pero esto no es un problema inherente a las presentaciones con diapositivas, sino a los valores de la sociedad occidental: hay que tener un cuerpo danone (en vez de cultiavr la personalidad), hay que comprar la fruta reluciente (que no sabe a nada y no alimenta), etc. Ejemplos hay muchos. Personalmente a mi me gustan las presentaciones con fondo blanco, con poca letra, negra, grande y sin serigrafías. Las imágenes ayudan mucho, pero tienen que ser simples (no la imágen que se puede ver en el enlace).

    También es cierto que sabemos leer. Por ese motivo, en las presentaciones se debe evitar leer textualmente las frases que indican las diapositivas, que son sólo un apoyo para respaldar los argumentos y remaracar los aspectos clave. Recuerdo haber leído en las normas para los ponentes de un congreso no leer textualmente las frases del powerpoint, pues los asistentes saben leer. Para que hagan de esto una norma… (puntos suspensivos).

    Sobre el argumento que se expone que al finalizar una videoconferencia con 15 diapositivas en 30 minutos, nadie se acuerda de nada, no estoy de acuerdo en absoluto. Al contrario, las diapositivas sirven para retener los aspectos clave de la conferencia, y luego en casa (o en la biblioteca) uno debe ampliar la información.

    Finalmente, el trabajo colaborativo puede evitar el problema que surje cuando un conferenciante no puede acudir a la conferencia y tiene que enviar la presentación a un compañero, quien se dedica a leer textualmente las diapositivas en la presentación. Si se trabaja de forma colaborativa, el compañero ya sabe qué debe explicar en la conferencia, sin tener que leer cada diapositiva.

    De todos modos, ya comenta el artículo que «se trata de analizar su uso viciado, el más frecuente». Esto me da a entender que el problema no es la herramienta en sí, sinó el uso inadecuado que se hace de ella. Por lo que, en este sentido, estoy completamente de acuerdo con el artículo. Si se me permite, voy a plantear cambiar por el siguiente título: ¿Los y las ponentes que usan PowerPoint (u otro software de presentaciones) nos hace estúpidos?

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