Perfil

Siendo alumna de Pedagogía de la Universidad de Murcia, allá por los años 80, comencé a trabajar con el Profesor Francisco Martínez Sánchez, quien nos hablaba en sus clases del retroproyector, el cine, las transparencias, los diaporamas,… y los ojos se me ponían como platos cuando nos contaba con entusiasmo que el ordenador se iba a convertir en una herramienta básica para la educación. Fui su alumna interna y recuerdo con nitidez que me enseñó los rudimentos del BASIC y me descubrió una maquinita pequeña que pronto se hizo muy amiga: un Macintosh de esos que eran «portátiles», con su pantallita en blanco y negro y esa tipografía tan característica de los inicios de la empresa Apple.

Fue con ese ordenador con el que hice mi tesis doctoral (1994) mientras continuaba trabajando en la universidad gracias a una beca del MEC. En ese tiempo conocí también al profesor Leclerq, del Servicio de Tecnología Educativa de la Universidad de Lieja, con quien realicé varias estancias de trabajo. Tanto el Dr. Martínez como el Prof. Leclerq marcaron una impronta en mi formación inicial y ahora que ambos están jubilados, sigo acordándome de lo mucho que aprendí con ellos.

Tras concluir la beca y trabajar casi un año con el profesor Leclerq en la Universidad de Lieja, gano por concurso de méritos una plaza de Ayudante en la Universidad de Murcia y dos años después gano mi plaza de Titular de Universidad con perfil de Tecnología Educativa. Corría el año 1998 y han transcurrido 15 años hasta conseguir, en marzo de 2013, la Acreditación de la ANECA para la plaza de Catedrático de Universidad (condición adquirida en 2017).

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En todos estos años el Dr. Martínez se ha convertido en en mucho más que mi profesor, ha sido mi apoyo y mi consejero. Y a esta pareja de trabajo con la que comienza nuestro Grupo, progresivamente se fueron incorporando Isabel, Linda, María del Mar, Isika, Patricia, José Luis, Víctor, Marimar y Pedro, todos ellos miembros del Grupo de Investigación de Tecnología Educativa que dirijo y con quienes todos los días continúo aprendiendo y compartiendo horas de universidad, pero también cafés, confidencias y whatsapp.

Además de mi grupo he ido encontrando en mi camino a muchos compañeros -de mi universidad y de otras-, con los que he ido adquiriendo una larga lista de deudas por su amistad y su confianza. Gracias a todos, especialmente a quienes habéis creído en mi capacidad para afrontar responsabilidades en los distintos cargos que he ejercido en la universidad  y en la asociación Edutec.

Y aunque tengo gran celo con relación a la separación entre lo profesional y lo personal, este perfil no quedaría completo sin un reconocimiento a mis padres, quienes además de quererme, han sido unos segundos padres para mis hijos 🙂 Y por supuesto a mi marido y a mis tres hijos, que hacen que cada día sea mejor que el anterior… Aunque piensen que soy una «kyoikumama», ellos saben que son el centro de mi universo.